SONRÍO....
Aunque la vida me golpee,
Aunque no todos los amaneceres sean hermosos,
Aunque se me cierren las puertas. Sonrío...
SUEÑO....
Porque soñar no cuesta nada y alivia mi pensamiento,
Porque quizás mi sueño pueda cumplirse,
Porque soñar me hace feliz.
LLORO...
Porque llorar purifica mi alma y alivia mi corazón,
Porque mi angustia decrece, aunque sólo sea un poco,
Porque cada lágrima es un propósito de mejorar mi existencia.
AMO...
Porque amar es vivir,
Porque si amo, quizás reciba amor,
Porque prefiero amar y sufrir, que sufrir por no haber amado nunca.
COMPARTO....
Porque al compartir crezco,
Porque mis penas, compartidas, disminuyen,
Y mis alegrías se duplican.
¡Sonrío, sueño, lloro, amo, comparto, vivo.!!! Y por esto cada día doy gracias a Dios que me da un día más...
Aunque la vida me golpee,
Aunque no todos los amaneceres sean hermosos,
Aunque se me cierren las puertas. Sonrío...
SUEÑO....
Porque soñar no cuesta nada y alivia mi pensamiento,
Porque quizás mi sueño pueda cumplirse,
Porque soñar me hace feliz.
LLORO...
Porque llorar purifica mi alma y alivia mi corazón,
Porque mi angustia decrece, aunque sólo sea un poco,
Porque cada lágrima es un propósito de mejorar mi existencia.
AMO...
Porque amar es vivir,
Porque si amo, quizás reciba amor,
Porque prefiero amar y sufrir, que sufrir por no haber amado nunca.
COMPARTO....
Porque al compartir crezco,
Porque mis penas, compartidas, disminuyen,
Y mis alegrías se duplican.
¡Sonrío, sueño, lloro, amo, comparto, vivo.!!! Y por esto cada día doy gracias a Dios que me da un día más...
ACERCA DE SÍ MISMO
Un pasatiempo iluminador es hacer una lista de las cosas que impresionan gratamente los sentidos. Este ejercicio sirve no sólo para cultivar la mente y la memoria, sino para incrementar la apreciación de esos momentos placenteros.
He aquí, como ejemplo, la lista de los diez sonidos favoritos de una persona:
- El distante silbido de un tren;
- Una madre hablándole a su hijo recién nacido,
- El crujido de las hojas cuando uno las pisa en un luminoso día de otoño;
- El silencio absoluto de un lago en la montaña al caer la tarde;
- El reclamo de las gaviotas;
- El aullido de un sabueso en el bosque por la noche;
- Un fuego crepitante en un día frío;
- Una multitud en el estadio cantando el himno nacional;
- El chirrido de las ruedas de un aeroplano al tocar tierra;
- La voz de su esposa por la mañana.
Ahora haga usted una lista de sus sonidos, olores e imágenes favoritos.
Es probable que aprenda algo acerca de sí mismo.
AL HOMBRE QUE ANHELA SER PROFESIONAL
Lo más hermoso que puedes lograr como ser humano en cada etapa de la vida, es hacer con amor lo que te gusta y deseas. La entrega profesional es una expresión pura y espontánea, sin bloqueos internos, sin duda, sin vacilaciones. Se manifiesta cuando tu compromiso ha madurado. Una profesión no es sólo un trabajo más, no es invertir o vender el tiempo, sino la fuente de donde fluye el torrente de creatividad, de amor, de entrega y realización. Cuando has aceptado tu compromiso profesional, la actividad y la misión las conviertes en la arena donde luchas, gozas, juegas, compites y aprendes a crecer, lograr y dar. Decide sin dudas realizarte y ser trascendente, a pesar de las circunstancias externas y de tus debilidades internas.
AYER, HOY Y MAÑANA
Hay dos días en cada semana que no deben preocuparnos, dos días que no deben causarnos ni tormento ni miedo, uno es:
AYER, con sus errores e inquietudes, con sus flaquezas y desvíos, con sus penas y tribulaciones.
AYER se marchó para siempre y está ya fuera de nuestro alcance. Ni siquiera el poder de todo el oro del mundo podría devolvernos el AYER. No podemos deshacer ninguna de las cosas que ayer hicimos; no podemos borrar ni una sola palabra de las que ayer dijimos. Ayer se marchó para no volver.
El otro día que no debe preocuparnos es el MAÑANA con sus posibles adversidades, dificultades y vicisitudes, con sus halagadoras promesas y lúgubres decepciones.
MAÑANA saldrá el sol, ya para resplandecer en un cielo nítido o para esconderse tras densas nubes, pero saldrá. Hasta que no salga no podemos disponer de MAÑANA, porque todavía MAÑANA está por nacer.
Sólo nos resta un día, HOY, cualquier persona puede confrontar los problemas de un solo día y mantenerse en paz.
Cuando al día de HOY agregamos las cargas de esas dos eternidades, AYER y MAÑANA, es cuando caemos en la brega y nos inquietamos.
Hay dos días en cada semana que no deben preocuparnos, dos días que no deben causarnos ni tormento ni miedo, uno es:
AYER, con sus errores e inquietudes, con sus flaquezas y desvíos, con sus penas y tribulaciones.
AYER se marchó para siempre y está ya fuera de nuestro alcance. Ni siquiera el poder de todo el oro del mundo podría devolvernos el AYER. No podemos deshacer ninguna de las cosas que ayer hicimos; no podemos borrar ni una sola palabra de las que ayer dijimos. Ayer se marchó para no volver.
El otro día que no debe preocuparnos es el MAÑANA con sus posibles adversidades, dificultades y vicisitudes, con sus halagadoras promesas y lúgubres decepciones.
MAÑANA saldrá el sol, ya para resplandecer en un cielo nítido o para esconderse tras densas nubes, pero saldrá. Hasta que no salga no podemos disponer de MAÑANA, porque todavía MAÑANA está por nacer.
Sólo nos resta un día, HOY, cualquier persona puede confrontar los problemas de un solo día y mantenerse en paz.
Cuando al día de HOY agregamos las cargas de esas dos eternidades, AYER y MAÑANA, es cuando caemos en la brega y nos inquietamos.